domingo, 30 de agosto de 2015

Miedo



Todo aquello que una vez pudimos sentir, se quedó encerrado en el baúl más oscuro del corazón, donde ya no llegaban las palabras, ni la música, ni el aire. Encerramos aquello de tal manera, que no nos atrevimos a volver a mirarlo, ni tan solo a escuchar los gritos de ayuda que, atragantados por los llantos, pedían, porque fue tal el miedo que sentimos, que nos hizo retroceder mil años luz. Y ahí se quedó todo... en un silencio ensordecedor... en dolor para ambos, en el echar de menos, en el olvido, en un adiós, quizás eterno o quizás temporal, para aquellos sentimientos que una vez nos envolvieron.
Acabamos comprendiendo que "y vivieron felices para siempre", que los finales de película no existieron para nosotros, porque el miedo pudo ser más fuerte que lo que sentíamos, destruyendo todo a su paso, dejándolo todo oscuro y vacío, en un rincón de nuestra alma, donde ya se nos hizo difíci llegar y retormarla y con ella lo que llevaba.

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